sábado, 20 de marzo de 2010

Los Pequeños Grandes Detalles

Seguramente les habrá sucedido que -de pronto- algo que necesita, con cierta urgencia, no aparece por ninguna parte, como si se lo hubiese tragado la tierra. Busca por todos lados y en ninguno aparece.

Y después de un tiempo -generalmente cuando desaparece la urgencia- el objeto no encontrado de pronto aparece y casi en nuestras propias narices. Culpamos a nuestra falta de memoria, por no saber donde lo habíamos dejado, pero la verdad todo se debe a nuestra falta de atención para buscar en el lugar adecuado.

Esto, por lo general, se debe a que no prestamos atención a las pequeñas cosas, solo atendemos lo que -suponemos- es mas relevante.

En un zoológico mandaron levantar un cerco especial de dos metros y medio de altura para su nuevo huésped, un canguro, pero a la mañana siguiente hallaron al animal saltando a sus anchas fuera de la alambrada. Aumentaron al doble la altura de la cerca, pero el canguro se volvió a escapar.

Exasperado, el director del zoológico ordenó que elevaran la barrera a diez metros, pero el animal hizo nuevamente de las suyas.

Entonces, una jirafa le preguntó al canguro:

“¿Hasta que altura crees que levantaran la cerca?”



“No lo sé -contestó el canguro-, pero si siguen dejando la puerta abierta, no dudo que lleguen a los 500 metros”.
Prestemos atención a las cosas que suponemos como un hecho, no vaya a ser que por ahí se nos esté escapando lo que cuidamos por otro lado.
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