domingo, 13 de diciembre de 2009

Fabula del Oso Perezozo, El tigre y La Venta de Empanadas


Habia una vez un oso perezozo que vivia en un lugar muy transitado de la selva, por alli pasaban los leones cuando salian a hacer ejercicio, las comadrejas daban pequeños paseos por alli y asi muchos animales concurrian el lugar.

Un dia el perezozo pensó:

- Seria buen negocio poner una venta de empanadas aqui, dado que este es un lugar muy transitado.

Al dia siguiente al ver el perezozo la gran cantidad de animales que pasaban por alli, pensó nuevamente:

- Seria buen negocio poner una venta de empanadas aqui, dado que este es un lugar muy transitado.

A la semana siguiente el perezozo nuevamente se asomo y vio una gran cantidad de animales pasando por alli y pensó nuevamente:

Como Hacerte Saber

¿Cómo hacerte saber que siempre hay tiempo?

Que uno sólo tiene que buscarlo y dárselo.
Que nadie establece normas salvo la vida.
Que la vida sin ciertas normas pierde forma.

Que la forma no se pierde con abrirnos.
Que abrirnos no es amar indiscriminadamente.
Que no está prohibido amar.
Que también se puede odiar.
Que el odio y el amor son afectos.
Que la agresión porque sí hiere mucho.
Que las heridas se cierran.
Que las puertas no deben cerrarse.

Que la mayor puerta es el afecto.
Que los afectos nos definen.
Que definirse no es remar contra la corriente.
Que no cuánto más fuerte se hace el trazo, más se dibuja.
Que buscar un equilibrio no implica ser tibio.

Dueño de Mis Emociones por Og Mandino

Hoy seré dueño de mis emociones.

Si me siento deprimido, cantaré.
Si me siento triste, reiré.
Si me siento enfermo, redoblaré mi trabajo.
Si siento miedo, me lanzaré adelante.
Si me siento inferior, vestiré ropas nuevas.
Si me siento inseguro, levantaré la voz.
Si siento pobreza, pensaré en la riqueza futura.
Si me siento incompetente, recordaré éxitos del pasado.
Si me siento insignificante, recordaré mis metas.

Hoy seré dueño de mis emociones.
Si se apodera de mí la confianza excesiva, recordaré mis fracasos.
Si me siento inclinado a entregarme con exceso a la buena vida, recordaré hambres pasadas.
Si siento complacencia, recordaré a mis competidores.
Si disfruto de momentos de grandeza, recordaré momentos de vergüenza.
Si me siento todopoderoso, procuraré detener el viento.
Si alcanzo grandes riquezas, recordaré una boca hambrienta.
Si me siento orgulloso en exceso, recordaré un momento de debilidad.
Si pienso que mi habilidad no tiene igual, contemplaré las estrellas.

En definitiva, hoy seré dueño de mis emociones.

Og Mandino

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