jueves, 18 de marzo de 2010

El Arte de la Felicidad por Dalai Lama Libro de Regalo

A menudo los sentimientos simples son los más difíciles de expresar, y necesitamos una voz sabia que nos guíe para conocernos mejor y ejercer esa compasión afectuosa que nos une a los demás.

En El arte de la felicidad es el Dalai Lama quien nos habla, y de él recibimos el mensaje sereno de un hombre que ha conquistado la paz interior y sabe que la felicidad no es un don, sino un arte que exige voluntad y práctica.

Lejos de las grandes teorías y muy cerca de las preocupaciones cotidianas de cada cual, de nuestros miedos y nuestros deseos, el maestro se ha servido de la ayuda de un psiquiatra occidental para entregamos unas palabras que nos orienten en la vida diaria.

El Derecho al Bienestar Personal

Todos tenemos derecho a calmarnos, a tomar nuestro tiempo y pensar antes de actuar para decidir lo mejor; a buscar que nuestro trabajo sea lo mas agradable posible; a pedir ayuda, a descansar, a buscar el éxito, a tener alegría y buen humor, a ser feliz con lo que se vive en cada momento.

A ilusionarnos, a soñar, a crear, a desarrollar el potencial personal en todos los sentidos; a competir constructivamente, a cambiar de metas y prioridades, a sentirnos bien por como somos y aceptarnos de esa manera; a evitar conflictos que consideramos innecesarios o a gente que nos parece perniciosa o malintencionada; a elegir los mejores ambientes para nosotros, a pedir con firmeza buenos servicios, buenos médicos, trato cordial, etc.

Nuestra reacción ante los comentarios



Hay ocasiones en que, cuando alguien no nos trata como creemos merecerlo, nos acometen pensamientos negativos hacia esa persona, pero ni siquiera nos atrevemos a decírselos directamente.

En cambio, si lo hacemos a otras personas con la intención de que nos sirvan de mensajeros de nuestro malestar y pensando que con ello el trato mejorará.

Una mujer se quejo con su vecino por el mal servicio que le habían dado en una farmacia cercana, pensando en que él transmitiría su mensaje al farmacéutico en cuestión. La siguiente ocasión en que la mujer paso a la tienda, el encargado la saludó calurosamente, le expresó lo mucho que agradecía su preferencia, y de inmediato surtió la receta. El hombre añadió, además, que si él podía hacer algo por su familia, ella debía tan solo llamarle, aunque no fuera en horas hábiles.

Confiar de nuevo en alguien


Cuando nos encontramos ante la disyuntiva de confiar o no en alguna persona que anteriormente cometió un error que hizo que le perdiéramos la confianza, es momento de decidir por el camino de qué nos gustaría que nos sucediera en caso de estar del lado del que cometió el error.

Existe una anécdota que, sea verdad o sea leyenda, pinta muy bien a Thomas Alva Edison.
“Cierta vez que el inventor estaba trabajando en el perfeccionamiento de su primera lámpara incandescente, le entregó una bombilla terminada a un joven ayudante, quien se puso muy nervioso y la llevó paso a paso escaleras arriba, pero en el último peldaño la dejó caer.

Todos los colaboradores de Edison tuvieron que trabajar otras 24 horas para hacer una nueva bombilla. Al cabo, el ilustre científico se la entregó al mismo muchacho.

Ese gesto probablemente cambió la vida del joven. Edison sabia que estaba en juego algo mas que el foco.”
Cuando estás ante una situacion similar, recuerda que a tí te gustaría que te dieran una segunda oportunidad.

Sabiduria Popular



Letrero en la parte trasera de un camión que transportaba utensilios viejos de barro:

“Oficio noble y bizarro,
entre todos el primero
es el del barro;
Dios fue el primer alfarero;
el hombre, su primer cacharro”
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