sábado, 27 de noviembre de 2010

La Ciudad de los pozos por Jorge Bucay


Esta ciudad no estaba habitada por personas, como todas las demás ciudades del planeta.

Esta ciudad estaba habitada por pozos. Pozos vivientes ...pero pozos al fin.

Los pozos se diferenciaban entre sí, no solo por el lugar en el que estaban excavados sino también por el brocal (la abertura que los conectaba con el exterior). Había pozos pudientes y ostentosos con brocales de mármol y de metales preciosos; pozos humildes de ladrillo y madera y algunos otros más pobres, con simples agujeros pelados que se abrían en la tierra.

El ingenio de un marido


Después de una cena navideña de empresa que ha acabado en noche de juerga espectacular, un fulano -hombre casi ejemplar el resto del año- regresa a su hogar a muy altas horas de la madrugada.

La gira nocturna incluyó copas en cantidades industriales, dos paquetes de cigarrillos, media docena topitos de tequila -uno detrás del otro- y una visita concienzuda, en compañía de los amigotes, a los más selectos table dance de la localidad, donde nuestro individuo se gasto hasta el ultimo peso del aguinaldo recién recibido. Pueden imaginar, por tanto, el estado deplorable en el que el ciudadano -llamémoslo piadosamente Manolo, sin señalar a nadie- se baja del taxi y, haciendo eses, se encamina al portal de su casa.

Amarte para poder amar


Sólo cuando estás bien contigo puedes estar bien con los demás.

Sólo cuando manejas tu soledad puedes manejar una relación.
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