lunes, 15 de marzo de 2010

Derecho a poner Limites.

Tenemos derecho, dado que no somos una fuente de energía ilimitada, a establecer prioridades, a organizar el tiempo, a descansar y abastecernos de vitalidad, a rehusar peticiones y decir no a ciertas demandas que se interponen con aquello a lo que damos primacía, a establecer metas realistas, a no dar el máximo siempre sin medida, a tener privacidad y elegir como responder a las circunstancias de la vida.

Este derecho se contrapone a algunos valores no bien analizados que exigen al ser humano cierto tipo de perfección: “debes ser siempre servicial”, “debes poder siempre con todos los retos”, “debes dar siempre lo mejor de ti”. Por ser tan extremosas estas actitudes son francamente inhumanas, objetivos -en muchas de las ocasiones- imposibles de alcanzar.

El Derecho a Expresarnos

Entre los derechos propios y ajenos que conviene respetar para tener una comunicación eficaz, resalta y debe quedar en primer plano el Derecho a Expresarnos.

Tenemos derecho a decir lo que pensamos, creemos y sentimos, lo que dudamos, lo que queremos; podemos pedir, buscar satisfacer nuestras necesidades, ir al encuentro de las propias metas, desahogarnos, llorar opinar, cambiar de opinión, expresar desacuerdos, temores; en fin, toda la gama de posibilidades para conservar la autenticidad y manifestarnos tal cual somos ante los demás.

Al mismo tiempo, tenemos la responsabilidad de no violar con esa expresión los derechos de otros ni agredirlos y ser sensibles al contexto en el cual se da la comunicación, para que la expresión sea oportuna y cumpla con éxito su meta fundamental de transmitir los mensajes.

Respeto por ti mismo y respeto por los demas.

“El Respeto al derecho ajeno es la paz”

Benito Juárez
En la comunicación satisfactoria necesitamos un equilibrio, en balance entre lo que nosotros deseamos, creemos y sentimos y lo que los demás piensan o quieren, y el mecanismo básico para lograr esta armonía se encuentra en el concepto de los derechos humanos básicos y su aplicación.

Es natural que el hombre se equivoque, por lo tanto tiene derecho a hacerlo. Su naturaleza también le confiere sentimientos, de ahí que tenga derecho a expresarlos y experimentarlos. Sin embargo, el individuo no esta solo y cuando otro ser tiene también los mismos derechos, nos vemos en la necesidad de actuar con responsabilidad y en la obligación de respetar los mismos derechos que nosotros tenemos en los demás.
Related Posts with Thumbnails