“El Respeto al derecho ajeno es la paz”
Benito Juárez
En la comunicación satisfactoria necesitamos un equilibrio, en balance entre lo que nosotros deseamos, creemos y sentimos y lo que los demás piensan o quieren, y el mecanismo básico para lograr esta armonía se encuentra en el concepto de los derechos humanos básicos y su aplicación.
Es natural que el hombre se equivoque, por lo tanto tiene derecho a hacerlo. Su naturaleza también le confiere sentimientos, de ahí que tenga derecho a expresarlos y experimentarlos. Sin embargo, el individuo no esta solo y cuando otro ser tiene también los mismos derechos, nos vemos en la necesidad de actuar con responsabilidad y en la obligación de respetar los mismos derechos que nosotros tenemos en los demás.
La situación se complica en la convivencia social, pues ella no tan solo nos otorga derechos, responsabilidades y obligaciones, sino que nos fija límites éticos que deben considerarse en el ejercicio de los derechos.
Por ejemplo, un empleado que es despedido tiene derecho a saber porqué, aun cuando la persona que lo cesó tiene derecho a callar. Un padre puede castigar a su hijo por una acción indeseable restándole algún privilegio, pero tiene la responsabilidad de enseñarle el camino correcto, la obligación de no ofenderlo ni humillarlo por su error, y un limite ético como no hablar a todos del error de su hijo o no condicionar su amor como padre por el comportamiento equivocado.