lunes, 25 de enero de 2010

La Brecha Generacional


Entre los Jóvenes y los Adultos siempre se ha considerado que hay una brecha, pero esa sensación es solo de los jóvenes.

Cuando lleguen a ser adultos se darán cuenta que la brecha en realidad no existe, que es solo un puente para pasar al lado de la experiencia.

Los Jóvenes solo pueden medir en una sola dirección: hacia delante, desde las cosas tal como son hasta su ideal de cómo deberían ser.

No pueden medir hacia atrás, hacia las cosas como eran, porque no han vivido suficiente tiempo, y no pueden medir lateralmente, para comparar con otras sociedades, porque aun no han tenido la oportunidad de conocerlas bien. Las personas de mayor edad deben sumar estas dos mediciones.

Esta es la razón primordial de que exista la brecha entre generaciones, y también de que siempre existirá.

Les Luthiers Frases imperdibles y dos videos Perdonala y Serenata Intimidatoria


Les Luthier es un grupo argentino de excelente calidad, tienen la característica que son excelentes músicos y muy buenos comediantes, su trayectoria es ya de varias decadas.

La comedia que realizan es de calidad, muy mordaz y cargada de parodias y monólogos. Aquí les dejo algunas de las frases que tienen acuñadas y dos muy buenos videos que espero los disfruten y se den cuenta de la calidad de artistas que son estos argentinos.

-El amor eterno dura aproximadamente 3 meses.
-No te metas en el mundo de las drogas... Ya somos muchos y hay poca.
-Todo tiempo pasado fue anterior.
-Tener la conciencia limpia es síntoma de mala memoria.
-El que nace pobre y feo tiene grandes posibilidades de que al crecer, desarrolle ambas condiciones.
-Los honestos son inadaptados sociales.

Poderoso Don Dinero


Hace mucho tiempo, un amigo -que ya partió a la otra vida- realizo un experimento sobre dos frases que solía usar: “como te ven, te tratan” y “Ah, poderoso don dinero”; la idea era demostrar que la gente se guía por la apariencia mas que por la persona y que el dinero abre cualquier puerta.

Se vistió deplorablemente, ropa sucia y rota, barba de varios días, calzado muy estropeado y el pelo revuelto; entró a una peluquería donde los empleados lo atendieron con mucho desgano.

Al salir, les entregó una generosa propina, asegurándose que esta fuera la mejor que habían recibido.

Pasado un tiempo, se presentó de nuevo y todos se desvivieron por atenderlo. Terminando el servicio les dio solamente un peso de propina diciéndoles –con tono un poco burlón- que se lo repartieran equitativamente.

Rápidamente uno de los empleados le dijo: “Perdone señor, ¿no se habrá confundido usted?”

“En absoluto, les contestó, la propina de hoy fue por la atención de la vez pasada, y la de la vez pasada por la de hoy”.

Demostró la verdad de sus frases favoritas y de paso les dio una lección a los peluqueros.
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