El estado de Arizona ha dado algunos personajes pintorescos; por ejemplo, el doctor Benjamin Baker Moeur, quien renunció al ejercicio de su profesión en la ciudad de Temple para cumplir dos períodos como gobernador en los años treinta.
Se cuenta que en cierta ocasión le dijo a una mujer:
"Señora, cada día está usted más guapa".
Se dice que ella le contestó:
"Gracias, ojalá yo pudiera decir lo mismo de usted".
"Si podría -replicó el gobernador-, si supiera mentir tan bien como yo".