Hay épocas de tristeza. Épocas de ira. Épocas de tranquilidad. Épocas de esperanza. Pero no se suceden unas a otras de manera alterna. Por lo menos, no para quienes están en crisis.
En la vida de cada persona, los inviernos y las primaveras se mezclan en un conjunto confuso. Un día sentimos que los nubarrones se han despejado, pero al siguiente volvemos a verlos.
Sonreímos en un momento dado, y horas mas tarde nos brotan las lágrimas. Es verdad que, así como podemos dar dos pasos adelante durante la jornada, también podemos dar uno o dos hacia atrás.
Sin embargo, cuando se tiene fe en que llegará la época del deshielo primaveral, los vientos invernales parecen perder su ímpetu.