Eres un ser humano falible, lo cual implica que no solo es imposible que no cometas errores, sino que también ocasionalmente te dominen sentimientos negativos, entres en crisis, tengas dudas, o actúes in-apropiadamente, con torpeza, con debilidad, con incongruencia, te sientas enfermo, cansado, irritable, desconcentrado o temeroso.
En realidad ¡somos superimperfectos!, con mucho que mejorar.
Cometer errores acarrea consecuencias de las cuales debemos responsabilizarnos y prevenir en la medida de lo posible. Es esencial, también, respetar el hecho de que otros cometan errores o muestren alguna imperfección.
Si al hacerlo violan nuestros derechos podemos usar la energía necesaria para solucionar el conflicto pero no tenemos derecho a agredir por ello.
Ser imperfectos no debe ser motivo de auto-rechazo sino de aprendizaje positivo y mejoría. No aumentemos al pago por la imperfección una dosis de autodenigración.
Si alguien se molesta por el error que hemos cometido esta en su derecho, aunque no de ofendernos.