Cada día es un nuevo comienzo, otra oportunidad. 
¿Para qué desperdiciarla con autocompasión, indolencia y egoismo?
Saboreemos este nuevo día; 
disfrutemos del sabor de su libertad. 
Aspiremos profundamente el aire de la mañana, 
y embriaguémonos con la fragancia de la oportunidad. 
Pasemos los dedos por la columna vertebral 
de estas inapreciables 24 horas, 
y sintamos su vibrante energía.
La vida es la materia prima, 
y nosotros, los artesanos. 
Podemos hacer de nuestra existencia 
una hermosa escultura 
o degradarla hasta convertirla 
en un espantajo. 
De nosotros depende

