La experiencia me ha enseñado que cuando alguien lucha por una causa difícil y tiene buenas razones para empeñarse en ello, por lo común acaba ganando. Esto lo he confirmado en más de una ocasión, por mas que me tilden de optimista.
Pesimista es quien estando a veces en lo correcto, aun así, no disfruta de ello. En cambio el optimista es aquel que ve el futuro como algo incierto.
El optimismo es una obligación porque, si uno imagina que el futuro es incierto, tiene que hacer algo para remediarlo.
Por otro lado, a los optimistas se nos tacha de ingenuos. Se nos juzga como mal informados, idealistas, sin ningún contacto con la realidad.
Y quizá seamos todo eso. Pero lo cierto es que la pasamos mejor que los pesimistas.
Vivir en un sueño de color de rosa es más agradable que ser inquilinos permanentes de una pesadilla. Los pesimistas suelen ser gente muy triste.