En una ocasión me toco presenciar una discusión entre dos personas que habían sido amigos durante mucho tiempo, ellos así lo hacían saber, la situacion se salio de control y se dijeron toda la clase de insultos.
Por mas que intentamos calmarlos su cólera era tanta que nos advertían que no interviniéramos, porque “eso” no podía quedar así.
Se ofendieron de tal manera que ya nunca volvieron a reunirse y todo por un pequeño malentendido.
El reaccionar a un insulto cuando no se tiene la calma para hacerlo puede desencadenar situaciones de las cuales después te arrepientas.
La ira no es buena consejera, lo recomendable es dejar que pase la tormenta, hacer el recuento de los daños y entonces si, tomar acción.
Sócrates, el gran filósofo griego llegó a acostumbrarse a no dejarse dominar por la ira ni el miedo ni la preocupación.
Cuentan que un día, cuando lo insultó uno de sus alumnos, se quedó callado y ni lo regañó ni lo castigó. A los tres días le llamó la atención y le impuso un castigo.
Le preguntaron por qué no había regañado y castigado el mismo día de la ofensa, y respondió:
Por mas que intentamos calmarlos su cólera era tanta que nos advertían que no interviniéramos, porque “eso” no podía quedar así.
Se ofendieron de tal manera que ya nunca volvieron a reunirse y todo por un pequeño malentendido.
El reaccionar a un insulto cuando no se tiene la calma para hacerlo puede desencadenar situaciones de las cuales después te arrepientas.
La ira no es buena consejera, lo recomendable es dejar que pase la tormenta, hacer el recuento de los daños y entonces si, tomar acción.
Sócrates, el gran filósofo griego llegó a acostumbrarse a no dejarse dominar por la ira ni el miedo ni la preocupación.
Cuentan que un día, cuando lo insultó uno de sus alumnos, se quedó callado y ni lo regañó ni lo castigó. A los tres días le llamó la atención y le impuso un castigo.
Le preguntaron por qué no había regañado y castigado el mismo día de la ofensa, y respondió:
“Es que ese día yo estaba en cólera. Y todo lo que se hace o se dice con ira o mal genio queda mal hecho o mal dicho”.