lunes, 11 de octubre de 2010

Bienvenido sea el cambio



Inesperados beneficios atraen quienes adoptan esta actitud.

¿Cuántas veces nos hemos dicho: “Cuando todo vuelva a ser como antes…”, sin darnos cuenta de que el pasado no podrá repetirse?

El cambio es uno de los principios más inmutables del universo. Y debemos aceptar los cambios, tanto los agradables como los desagradables, sabiendo que no llegan para quedarse, pues son pasajeros. Y así como dos objetos no pueden ocupar al mismo tiempo el mismo espacio, cualquier cambio le prepara el camino al siguiente, dándonos la oportunidad de prosperar.

Linda se descorazonó cuando trasfirieron a su esposo a trabajar en otra ciudad, situada a miles de kilómetros de su familia y amigos. Como estaba convencida de que en aquel lugar se sentiría desdichada, se resistió con amargura al cambio, y en secreto anhelaba que su esposa partiera sin ella.

Una de sus amistades, sin embargo, la persuadió de que, aunque el sol se ocultaba en una etapa de su vida, renacería en otra.

Linda decidió, pues, aceptar el cambio con la mejor disposición. Para hacer amistades en su nuevo destino, se inscribió en un curso de pintura. Y fue allí que descubrió que poseía aptitudes artísticas que ni siquiera había sospechado.

Poco tiempo después, su maestro organizo una exposición en la que las obras de Linda fueron tan bien recibidas, que a partir de ese momento empezó a pintar marinas por encargo.

“¡Había sido yo tan infantil!”, le escribió a su madre. “Este cambio me ha dado la oportunidad de cultivar un talento que de otra manera no me habría descubierto”.
Cuando aprendemos a aceptar los cambios y a encontrarles su lado positivo, podemos entonces también aceptar las dificultades y las preocupaciones del presente, conscientes de que “también eso pasará”.

Recordemos que cuando una puerta se cierra, siempre se abre otra.
Related Posts with Thumbnails