El trabajo de un árbitro (en el futbol soccer o americano), referee (en el box), umpire (en el béisbol) debe ser difícil, pues -por lo general- para decidir o marcar alguna jugada, tienen uno o dos segundos para hacerlo.
Algunos de estos deportes ya incorporaron la tecnología, como la repetición en video a cámara lenta, para ayudar a esos pobres personajes a tomar la mejor decisión.
Pero esta es una opción que el equipo “afectado” podría solicitar (bajo ciertas reglas) para que la jugada en cuestión sea revisada -en cámara lenta y desde diversos ángulos- para evidenciar si se estuvo en lo correcto o no al marcar una jugada.
La otra opción -que muy seguido se practica- es la de discutir la marcación de la jugada con el arbitro en cuestión, opción que también, por lo general, nunca gana el jugador “afectado”.
En días pasados viendo un partido de béisbol se dio un caso como el que les comento, una jugada muy difícil, el umpire marca que el jugador llego quieto a la primera base (igual si hubiese marcado out el otro equipo le reclamaría) y el mundo se le vino encima al pobre juez, el cual permanecía estoico y firme en su decisión.
Los comentaristas de la televisión, ni tardos ni perezosos pusieron la siguiente trivia en la pantalla:
¿Quién ganará esta discusión?
a) El umpire.
b) El umpire.
c) El umpire.
d) Todos los anteriores.
Resulta obvio que se sabia que el jugador no haría cambiar de decisión al umpire, por mas que le reclamara…..
