El pie camina hacia donde el corazón se inclina; y hoy por hoy hay tantas personas que corren de un lado hacia el otro.
Siempre esclavos del reloj y de su ajetreada agenda del día.
Y solo aprenden a escuchar el tic-tac del reloj.
Pero se olvidan de prestar atención al tic-tac del corazón.
Cierto es que el reloj marca las horas, pero el corazón marca el amor.
¿Cuál tic-tac quieres tu escuchar?
Dios es amor, decide tu….