Según todos los indicios, el pañuelo ha caído en desuso, victima de su remplazo por el omnipresente papel. Pero el pañuelo es algo más que un simple trozo de tela para limpiarse la nariz.
¿Acaso un rectángulo de papel ha servido alguna vez para hacer con él un torniquete en un caso de urgencia, o para que las damas se cubran la cabeza para asistir a un servicio religioso?
Cuando necesita usted algo con qué asirse para llevar una maleta pesada, o para dar vuelta a un tapón de botella mojado, ¿a qué recurre?
¿Acaso los guardianes de los puestos avanzados del oeste utilizaban como enseña un trozo de papel? ¿Y que podría resultar mas poético que ondear un pañuelo blanco cuando los soldados pedían una tregua?
Hasta el idilio romántico está cambiando por el desuso del pañuelo. En esta época de oportunidades iguales para uno y otro sexo, ya no se estilará que una bella damita deje caer el pañuelo como señal de coquetería ante un galán.
Quizá, en vez del pañuelo, ahora deje caer una tarjeta de presentación….