miércoles, 17 de febrero de 2010

Cuando las circunstancias nos obligan a mentir

Hay ocasiones en que las circunstancias nos limitan las formas en que queremos expresarnos. No podemos decir, con libertad, lo que en ese preciso momento estamos sintiendo. El sentido común nos indica que lo mejor es, permanecer callados o.... decir una mentira.

Un granjero llamado Chon Cauich tuvo una severa colisión contra un gran camión de carga..

Poco tiempo después, el prepotente licenciado de la compañía de transporte, estaba cuestionando a Chon ante el Juez: “En la escena del accidente ¿No dijo usted ‘Estoy bien’?” preguntó el licenciado.

Chon respondió: “Bueno, déjeme decirle lo que sucedió. Acababa de subir a Bessie, mi vaquita preferida al…”

“No le estoy preguntando por detalles” interrumpió el licenciado “simplemente conteste la pregunta por favor. ¿Dijo usted o no, en el sitio del accidente ‘ Estoy bien’?”

Chon respondió: “Bueno, acababa de subir a Bessie al trailer e iba manejando por la…”

El licenciado interrumpió de nuevo y dijo: “Su señoría, estoy tratando de establecer el hecho de que en la escena del accidente este hombre le dijo al patrullero de caminos que se encontraba bien, ahora, varias semanas después está tratando de cobrar una demanda a mi cliente y creo que esto es un fraude. Por favor dígale que simplemente conteste la pregunta SI o NO.”

Para entonces, la curiosidad le había picado al juez quien estaba ya un tanto interesado en lo que Chon estaba tratando de decir, así que le dijo al licenciado: “Me gustaría saber que es lo que el hombre tiene que decir de Bessie, su vaquita preferida.”

Chon agradeció al juez y continuó: “Gracias su señoría, como estaba diciendo, acababa de subir a Bessie, mi vaquita preferida al trailer, e iba manejando por la carretera cuando este enorme camión-trailer de dieciocho ruedas ignoró la señal de ALTO y se fue a incrustar a un lado de mi camioneta. Yo salí volando y acabé tirado en una zanja, Bessie también fue a parar en una zanja pero al otro lado del camino."

"Estaba yo tan adolorido" -continuo contando Chon- "que no me quería ni mover. Desde allí podía oír a mi pobre Bessie mugiendo y quejándose bien feo. Yo sabía que estaba terriblemente lastimada nada más por sus mugidos de dolor."

"Poquito después del camionzazo, un patrullero llegó al lugar del accidente y oyendo los terribles mugidos de Bessie fue a checarla. Después de ver la fatal condición en que se encontraba sacó su pistola y le pegó un tiro en medio de los ojos."

"Luego vino a donde estaba yo y aun con la pistola en la mano me preguntó ¿Y usted cómo está, cómo se siente? Con todo respeto su señoría, pero Usted ¿qué CHINGADOS le hubiera contestado?"
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