Cuales son nuestros tamaños morales dentro de la sociedad?
Hay personas que se la pasan en la vida como navegando a merced del viento, se sienten cómodas y tranquilas viendo pasar el tiempo sin hacer algo relevante que los haga sobresalir.
Sus argumentos son validos en ciertas ocasiones, pero en otras no.
El estar a merced de lo que les “traiga el destino” vendría a ser como estar en estado vegetativo, a expensas de lo que hagan los aparatos que mantienen la vida.
Dejar de hacer es más malo que no hacer las cosas bien; es permitir que otros las hagan.
La comodidad de la pasividad conlleva sus privaciones, y con eso se limita la oportunidad de escoger, por nosotros mismos, nuestro destino.
La obediencia pasiva es la negación del deber. Cualquiera que done su conciencia bajo la presión de ajenas voluntades ignora el mas alto entre todos los goces, que es obrar conforme a sus inclinaciones; se priva del a satisfacción del deber cumplido por el puro placer de cumplirlo.