Los celos son solo el indicio claro del temor de no valer nada como persona. Los celos buscan prueba de que otros, y no uno, son quienes serán preferidos y recompensados.
Y solo existe una alternativa a este sentimiento: la autoestima. Si no se es capaz de amarse a si mismo, no se podrá creer en que se es digno de amar y ser amado. Se considerara siempre que se trata de un error, o que ese amor ha sido obra de la suerte.
Quite la vista de los demás, y diríjala hacia el interior de usted mismo. Descubra las raíces de sus celos y limpie su alma de viejos rencores y afrentas. Concentre toda su energía en desarrollar su seguridad mental y emocional.
Entonces será usted a quienes los demás envidien, y, al recordar el sufrimiento que esto le causo, podrá tocar el corazón de los envidiosos.