miércoles, 26 de agosto de 2009

Papa, quiero ser como tu.



Que difícil ha de ser, que entre un parpadeo y otro tu hijo nazca y se haga hombre y tu ni siquiera tuviste un momento para estar con el, para disfrutar sus primeras palabras, sus primeros pasos….. su primer patada al balon!

No concibo a un padre que anteponga su trabajo o su realización profesional al gozo y disfrute de ver crecer a sus hijos.

Cuando nació mi hija, estando yo en la puerta afuera del quirófano, sucedió un detalle que se me quedo muy gravado, al oír su llanto de nacimiento algo me debió de haber pasado, pues una señora que estaba cerca de mi me pregunto que como me sentía en esos momentos y le conteste: “Como quiere que me sienta ante un evento que tal vez ya no va a volver a suceder en mi vida….”, y efectivamente, ya no volvió a suceder, y de eso hace ya 24 años….

A continuación comparto con ustedes esta bonita reflexion:

Papa, quiero ser como tu.
Mi hijo nació hace pocos días, llego a este mundo de una manera normal.
Pero yo tenia que viajar, tenia tantos compromisos…. Mi hijo aprendió a comer cuando menos esperaba. Comenzó a hablar cuando yo no estaba…… ¡Como crece mi hijo de rápido! ¡Como pasa el tiempo!
Mi hijo, a medida que crecía me decía: “Papa, algún día seré como tu, cuando regresas Papa?” “No lo se, hijo, pero cuando regrese jugaremos juntos….. ya lo veras”.
Mi hijo cumplió 10 años hace pocos días y me dijo: “Gracias por la pelota, papa, quieres jugar conmigo?”. “Hoy no, hijo…. Tengo mucho que hacer”. “Esta bien, papa, será otro día”. Y se fue sonriendo y como siempre en sus labios las palabras “Yo quiero ser como tu”.
Mi hijo regreso de la universidad el otro día, todo un hombre. “Hijo, estoy orgulloso de ti, siéntate y hablemos un poco”. “Hoy no, papa, tengo compromisos. Por favor préstame tu automóvil, tengo que visitar a algunos amigos”.
Ya me jubile y mi hijo vive en otro lugar. Hoy le llame: “¡Hola hijo! ¡Quiero verte!”. “Me encantaría, padre, pero es que no tengo tiempo. Tu sabes…. El trabajo, los niños….. pero gracias por llamar, fue hermosos oír tu voz”.
Al colgar el teléfono me di cuenta que mi hijo….. era como yo.



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