lunes, 1 de noviembre de 2010

Dime qué hablas y te diré quien eres



"Si lo que se va a decir no es mejor que el silencio, lo mejor es quedarse callado".
Hay quienes escudándose en la sinceridad se atreven a herir con sus palabras a otras personas. No siempre el hablar es señal de erudición, hay ocasiones en que el callar es lo mas sensato y prudente, dando muestras con ello de verdadero dominio de sí mismo.

Defender lo indefendible, resaltar lo obvio, alabarse a sí mismo, hablar mal de los demás son ocasiones que se presentan para demostrar nuestra sabiduría de callar.

El saber utilizar la palabra nos lleva a demostrar como somos:

Hablar oportunamente, es decir que somos ACERTIVOS.

Hablar frente al enemigo, denota nuestro CIVISMO.

Hablar ante una injusticia, muestra nuestra VALENTÍA.

Hablar para rectificar, expone nuestros DEBERES.

Hablar para defender, muestra nuestra COMPASIÓN.

Hablar ante un dolor, transmite nuestro es CONSUELO.

Hablar para ayudar a otros, demostraría nuestra CARIDAD.

Hablar con sinceridad, muestra nuestra RECTITUD.

Hablar de sí mismo, exhibira nuestra VANIDAD.

Hablar restituyendo fama, demuestra nuestra HONRADEZ.

Hablar aclarando chismes, reconocria nuestras OBLIGACIONES.

Hablar debiendo callar, descubriría nuestra TERQUEDAD.

Hablar por hablar, dirá que somos TONTOS.

                           "Calladito te ves mas bonito".
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