martes, 12 de octubre de 2010

El anonimato como prueba de caracter



El anonimato es una severa prueba para el carácter.

Cuando nos sentimos seres sin rostro ni nombre, nos resulta fácil hacer cosas que en otras circunstancias no haríamos: salir a empujones de un ascensor sin decir “con permiso”; estacionar el coche en algún lugar que corresponda a otra persona; cortar la comunicación telefónica en vez de explicar que hemos marcado un número equivocado.

Los hábitos de conducción mejorarían si los automovilistas llevaran su nombre impreso en la matricula de su auto.

Y más aun, los hábitos de vida sufrirían una profunda transformación si todos lleváramos prendidos a la ropa etiquetas con nuestro nombre
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