Lo que acompaña a nuestras palabras juega un papel importante en nuestra comunicación.
Un buen porcentaje de lo que llega a los demás lo hace a través del contacto visual, el tono de voz, la modulación, la expresión facial, los gestos, ademanes, movimientos, la sonrisa. Y basta que perdamos un tanto la armonía entre los componentes verbales y los no verbales para que la comunicación pierda efectividad.
Los componentes no verbales y la forma en que se manifiestan se deben a un aprendizaje, de manera que, cuando operan en nuestra contra, podemos reaprender a expresarlos mejor.
En un estudio se entreno a estudiantes comunes para manifestar de manera consistente las conductas no verbales de contacto visual, atención, postura, sonrisa y ademanes propios de los lideres (compañeros con aceptación social alta). Al hacerlo, estos alumnos incrementaron de manera notable las evaluaciones de agradabilidad social.
Entre las conductas aplicadas se encontraban las siguientes:
- Ver a los ojos directamente de manera confortable.
- Expresión de la cara relajada.
- Sonreír en forma de aceptación de los demás.
- Tono de voz apropiado.
- Enfatizar de acuerdo con el tipo de mensajes.
- Movimientos de manos balanceados.
- No hablar de más con los ademanes, ni estar rígido, lo mismo para los pies.
- Fluidez adecuada.
- Respuestas que capten la atención de la audiencia.
Nadie esta condenado a usar siempre el mismo tono de voz, a no modular, a no ver a los ojos, a tener una expresión facial dura.
Es posible adquirir otras formas de reacción no verbal que nos permitan comunicarnos mejor sin dejar de expresar quienes somos realmente.
A pesar de lo anterior es bueno identificar los comportamientos no verbales cuya intención no son propiamente agradar.
Comportamiento no verbal negativo
- No mirar a los ojos o desviar rápidamente la mirada.
- Sonreír como queriendo ser aprobado o en exceso.
- Asentir demasiado.
- Morderse los labios.
- Ser incongruente cuando se esta enojado (un tono de voz no correspondiente, demasiado suave, incluso una sonrisa.
- Tono de voz lento, monótono, demasiado pausado o sin cambios.
- Tartamudeo leve.
- Respuesta lenta.
- Frecuentes movimientos de manos y pies.
- Tomar un objeto y manipularlo durante la conversación.
- Rascarse alguna parte del cuerpo.
- Taparse la cara.
Comportamiento no verbal agresivo
- Miradas rígidas.
- Ver de arriba hacia abajo.
- Postura rígida.
- Movimientos como sermoneando u ordenando.
- Tensión en la cara.
- Tensión en la quijada.
- Intensidad y tono de voz alto.
- Boca cerrada y seria.
- Hablar muy rápido.
- Hablar muy lentamente enfatizando en frases como: “Te dije que…”
- Conducta cínica o sarcástica.
- Mover la cabeza desaprobando al otro mientras habla.