Aunque los astronautas son personajes sumamente atractivos y envidiables para la mayoría de los seres humanos que nos quedamos en la tierra, Charlie Duke, tripulante de la nave Apolo 16, confiesa que la fortuna no necesariamente acompaña a la fama.
“A los astronautas se nos pagaba según nuestro rango. Sin embargo, nos daban un poco más porque los vuelos espaciales se consideraban servicio temporal.
La cuota diaria de ese servicio era entonces de 25 dólares. Para tener derecho al pago, debíamos antes especificar un itinerario. El mío decía: De Houston al Centro Espacial Kennedy y a la Luna, de la Luna al océano Pacifico, y del océano Pacifico a Houston.
El viaje duraba 11 días, de modo que había un pago adicional de 275 dólares. Sin embargo, como el gobierno proporcionaba casa y comida durante ese tiempo, se hacia la deducción correspondiente.
Creo que yo gané como 1.25 dólares por cada dia de viaje”.