En su campaña para prohibir el foie gras, los grupos europeos de derechos animales están llevando su lucha a Francia, país que comprende el 75% de producción mundial de esta exquisitez a base de hígado.
Los activistas planearon una concentración de gente en París a principios de diciembre para urgirles a sus compatriotas que se abstengan de consumir foie gras, un ítem popular durante las festividades.
A finales de noviembre, dos de los grupos publicaron una encuesta que reveló que el 44% de los franceses favorecían una prohibición en la producción tradicional de foie gras, lo que implica la alimentación de patos y gansos a la fuerza para alargar sus hígados al menos cuatro veces su tamaño normal.
El grupo de tiendas por departamento británico Selfridges recientemente estuvo de acuerdo en no seguir vendiendo foie gras tras haber sido objeto de protestas lideradas por el antiguo intérprete de James Bond, el actor Roger Moore, quien se ha referido al foie gras como “una tortura enlatada”.
Los activistas de Holanda han ejercido presión sobre grupos hoteleros como Mövenpick y Carlton para que dejen de servir esta exquisitez en locaciones de la nación. Pero en Francia, donde el foie gras es un negocio de US$2,5 mil millones, esos grupos se enfrentan a una batalla campal.
Los franceses consumen 18.500 toneladas al año. Y mientras que el 63% de los encuestados estaban de acuerdo en que la alimentación a la fuerza era “una fuente de sufrimiento”, sólo un 19% de ellos dijeron que se rehusarían a comprar foie gras.
Fuente Original: Business Week Magazine/content/09_50/c4159btw636479.htm