Un estudio realizado recientemente en la Universidad de Michigan USA ha demostrado -y comprobado- que todos necesitamos contacto físico para sentirnos bien, y una de las formas más importantes de contacto físico entre dos personas es el abrazo.
Los abrazos, además de hacernos sentir bien, se emplean para aliviar el dolor, la depresión y la ansiedad. Provocan alteraciones fisiológicas positivas en quien toca y en quien es tocado.
Acrecienta la voluntad de vivir en los enfermos. El estudio revelo que cuatro abrazos al día son necesarios para sobrevivir, ocho para mantenerse y doce para crecer como personas.
Cuando nos abrazamos, llevamos vida a nuestros sentidos y reafirmamos la confianza en nuestros propios sentimientos.
¿Que nos brinda un abrazo?
Protección: El sentirnos protegidos es importante para todos, pero lo es más para los niños y los ancianos quienes dependen del amor de quienes los rodean.
Seguridad: Todos necesitamos sentirnos seguros. Si no lo conseguimos actuamos de forma ineficiente en todo lo que hacemos y nuestras relaciones interpersonales sufren.
Confianza: La confianza nos puede hacer avanzar cuando el miedo se impone a nuestro deseo de participar con entusiasmo en algún desafío de la vida.
Fortaleza: Cuando transferimos nuestra energía a través de un abrazo a otra persona, no solo le aumentamos su nivel de fuerza personal, sino que aumentamos nuestra propia fuerza.
Salud: El contacto físico y el abrazo transmiten una energía vital capaz de sanar o aliviar dolencias menores del cuerpo y del corazón.
Autovaloración: Mediante el abrazo podemos transmitir un mensaje de reconocimiento y aceptació del valor y la excelencia de la otra persona.
Hay veces que, por timidez o vergüenza, no nos atrevemos a decir lo que sentimos, también cuando los sentimientos nos abruman y no encontramos las palabras adecuadas para decirlo, en esos casos, la mejor manera de expresarnos es por medio del idioma de los abrazos.
Fuente: Science Daily Magazine