jueves, 7 de enero de 2010

El Arte de la Respiración


La Respiración es mucho más que Oxigenar la Sangre. Si lo hacemos bien, es aumentar la vitalidad, psíquica, física y espiritual, y favorecer la posibilidad del equilibrio emocional.

Se necesitan tres elementos fundamentales para conservar la vida: el agua, el aire y los alimentos. El carácter vital de la respiración está dado por el siguiente hecho: podemos vivir durante semanas sin alimentos sólidos; sin líquidos durante días, pero bastan unos minutos sin oxígeno para hacernos perder la vida.

La cantidad de oxígeno en la sangre que circula por las arterias, determina la vitalidad y la salud de esas células, ya que esas condiciones dependen del aporte de oxígeno a través de la sangre.

La buena respiración también activa el sistema linfático, componente clave de nuestro organismo, ya que es la vía de eliminación de las toxinas, y por lo tanto, parte de nuestro sistema inmunológico.

Esto explica, quizá, el hecho de que uno de cada tres norteamericanos contraiga cáncer, mientras que entre los deportistas norteamericanos, esa proporción es de uno en siete. La conclusión, con todo lo dicho antes, es clara, "la diferencia es el Oxígeno".

Los ejercicios de yoga, que dan el valor 1 a la inspiración, 4 a la retención y 2 a la expiración, se ve fundamentada entonces por lo siguiente: la expiración es el doble de la inspiración, porque en ese lapso se produce el drenaje linfático, o en otras palabras, se desintoxica el organismo.

La respiración lenta y profunda ayuda, entre otros malestares, a:


Reducir la tensión sanguínea alta, al relajar los músculos que son los que rodean nuestros vasos sanguíneos, venas y arterias.

Acabar con el insomnio al reducir nuestro estado de alerta y de atención, lo que nos ayuda a dormir durante un mayor tiempo y a despertarnos con menos frecuencia durante las horas de la noche.

Reducir los ataques de pánico al ayudar a nuestro cuerpo a que no preste a atención a situaciones que son las que los desencadenan como eventos sumamente estresantes u otros hechos que nos quitan de nuestro estado de calma.

Reducir los ataques del asma al mejorar la eficiencia en el cambio entre dióxido de carbono y oxígeno en los pulmones, lo que permite una mayor cantidad de oxígeno en nuestra sangre, lo que podría ayudar a prevenir esos ataques.

Por último, y esto no es menos importante, la respiración es un formidable medio de autorregulación física y psíquica. Incide sobre los estados emotivos. Canaliza las emociones. En definitiva, y eso es lo que queremos transmitirle aquí, "Respirar puede ser mucho más que oxigenar la sangre". Si lo hacemos bien, se aumenta la vitalidad, psíquica, física y espiritual, y favorecer la posibilidad del equilibrio emocional.


Fuente: Health Daily - Breath. Nature and Health Magazine.
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