lunes, 28 de diciembre de 2009

El Orgullo


Hay personas que llevan el orgullo a los extremos en cualquier situacion y eso suele presentarse cuando se le agrega vanidad, falta de cultura y aprecio hacia los demas.

El ser elegido a un cargo publico y contar con  los ingredientes anteriores suele tener resultados nada agradables, pero como suele suceder, siempre hay alguien que sin quererlo te pone en el lugar que te corresponde.

Un hombre que acababa de ser elegido al Parlamento Británico llevó su familia a Londres. Se sintió importante mientras les contaba de su nuevo empleo y los llevó a hacer un recorrido por la ciudad.

Cuando entraron en la Abadía de Westminster, su hija de 8 años se quedó pasmada por el tamaño de la magnífica estructura. Su orgulloso padre le preguntó: «Querida, ¿en qué estás pensando?» Ella contestó: «Papi, estaba pensando en lo grande que eres en nuestra casa, y lo pequeño que te ves aquí.»

Sin saberlo, aquella niña dijo algo que su padre necesitaba escuchar. El orgullo puede infiltrarse en nuestra vida muy fácilmente, y de vez en cuando, es bueno que a uno lo pongan en su lugar.

Siempre es bueno recordar que no debemos tener un concepto de nosotros más alto que el debido … Es fácil llegar a ser orgulloso cuando nuestros círculos de la vida son pequeños. El problema se presenta cuando nos enfrentamos a situaciones más grandes, con mayores demandas, presiones y competencia, y nos impactamos al darnos cuenta de que no es lo mismo ser cabeza de ratón que cola de león.
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