y aunque parezca extraño yo no lo conocía.
Mis planes y metas, todo desbarataba,
mis mejores deseos, por él no los lograba.
Un día pude atraparlo, reclamé su cinismo,
le destapé la cara y me encontré a mí mismo.
Pero desde ese día, todo se transformó,
pues aquel enemigo, mi amigo se volvió.
Ese subconsciente que antes interfería,
ahora me ayudaba y mis deseos cumplía;
una vez que mis planes a él yo le confiaba,
casi sin darme cuenta él solo los lograba.
Convencía a la gente, entusiasmo me dio,
logró oportunidades y mi salud cuidó.
Hoy que estamos de acuerdo y descubrí esa fuerza,
todo me viene fácil y nada hay que me venza.Ya puedo dar a otros y no temo al destino,
porque soy sólo yo quien marca mi camino.
Ahora que ya no existe conflicto entre los dos,
puedo llegar a todo… inclusive hasta Dios.
Autor: Desconocido