lunes, 21 de septiembre de 2009

Mi Tesoro Personal



"Lo único que jamás podrán quitarnos es la actitud que podemos tomar ante un evento, ante un problema, ante un fracaso o ante una victoria".

Victor Franl

Parafraseando a Víctor Frankl, yo diría, que lo único que jamás podrán quitarle a uno es el talento, los conocimientos, los experiencias, los recuerdos, las actitudes y valores.

El país podrá quebrar. Le podrán quitar a usted todo lo que tiene de valor: su casa, su rancho; la sequía puede hacer que todo su ganado se muera, en fin, le puede suceder una catástrofe tras otra, pero lo que usted tiene en su interior – su tesoro personal – eso jamás se lo podrán quitar.

Lo podrán expulsar de México, pero usted se llevará su tesoro personal: su talento, sus conocimientos y experiencias, sus actitudes y valores. Tendrá, claro, que empezar de nuevo, pero nunca de cero. Es más, ese tesoro, que puede valer mucho más que 10,000 dólares, no tiene que declararlo en la frontera.

Estimado lector: la mejor herencia que podemos dejar a nuestros hijos es la educación. No quite el dedo del renglón en eso; promueva que cada día sus hijos incrementen su tesoro personal. Desde luego, este consejo también va para usted ¿En qué incrementó su tesoro personal esta semana?

Un buen profesionista que usa eficazmente su tesoro personal puede acumular de salario, durante su vida activa como trabajador, entre cuatro millones de pesos y cien millones de pesos –y que conste que estoy hablando de trabajo honrado – ¿no me cree verdad?

Mire un buen profesional, como empleado, puede ganar más o menos fácilmente, diez mil pesos por mes, que al año nos da 120,000 pesos y si trabaja por cuarenta años, nos da 4.8 millones de salario acumulado durante 40 años de trabajo.

Pero, ¿cómo le hago para estar en el límite superior?, me preguntará usted. Para llegar al límite superior tiene dos caminos: el fácil y el difícil. El fácil es buscar por ahí y atrapar alguna heredera o heredero de una buena fortuna. El difícil es combinar su tesoro personal y el uso eficaz del mismo, con una buena dosis de innovación y espíritu emprendedor.

Como lo que ocurrió con Bill Gates – el mago de los sistemas de información – , quien hace tiempo se dio cuenta de que el negocio de la computación no estaba en el hardware – los fierros – , sino en el software – la manera en que yo me puedo comunicar con la máquina para que haga lo que yo quiero – ; y no sólo se dio cuenta, sino que con mucho trabajo, perseverancia y cariño por su idea y proyecto, construyó un emporio que lo ha transformado en uno de los hombres más ricos del mundo.

Pero regreso a mi idea central. Efectivamente, la educación es a mediano y largo plazo el gran factor del bienestar económico. Si queremos salir de la pobreza tenemos que invertir en educación. Si usted quiere que sus hijos tengan futuro, invierta en su educación; repito, esa es la mejor herencia que les podemos dejar.

Déjeme esbozar con usted algo que luce como un excelente negocio. Imagínese que se le acerca un muchacho que usted sabe que es formal, trabajador, listo y responsable, y le dice: mire usted, ahorita yo gano 3,000 pesos por mes y no estoy contento con este salario y quiero prepararme más.

Sé que si termino mi licenciatura y saco una especialidad en sistemas de información podré ganar hasta 10 veces lo que gano, pero no tengo dinero para hacer esos estudios, así que le quiero hacer una propuesta: usted invierta en mis estudios, págueme la colegiatura y mi sostenimiento y yo le firmo a usted un contrato en donde me comprometo a pagarle el treinta por ciento de la diferencia entre lo que gane y 3000 pesos. Es más, le dice, mire para no hacernos bolas con los cálculos yo le ofrezco a usted el veinte por ciento de lo que gane de aquí hasta que deje de trabajar.

¿Usted invertiría en este muchacho?, ¿cree que sea un buen negocio?

Si usted es un inversionista, le tengo malas noticias, este negocio ya se lo ganaron. ¿De quién es, pregunta usted? De nuestro gobierno. . . Si, él es el principal socio de todas las empresas y personas en el país. De lo que yo gano, cerca del 50 por ciento se lo traspaso al gobierno, vía impuestos, IVA, pago de tenencia, sin incluir multas, recargos y demás cuando me atraso en algún pago.

Por eso, nuestro gobierno, nuestra Secretaría de Educación, nuestro CONACYT, nuestra Secretaría de Comercio y Fomento Industrial deben llenarse de espíritu emprendedor para entender que es muy importante invertir en educación por un lado y en la creación de empresas por el otro.

El gobierno tiene en sus manos un buen negocio, desgraciadamente no a corto plazo, desgraciadamente no es inaugurable como la obra del siglo, pero sí es un excelente camino para tener un desarrollo económico sostenible y con equidad de nuestra sociedad.


Fuente original: Los Valores de la Sociedad Ramon de la Peña
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