miércoles, 17 de junio de 2009

Ladrones en linea


Por: Roberto Aguilar

El Semanario / Fernando Luna
Los tiempos de crisis alimentan las trampas. Por eso, la comercialización fraudulenta de datos personales y de operaciones financieras a través de Internet se ha convertido en un jugoso negocio en todo el mundo, y México no es la excepción.

Frente a la Plaza de la Computación, en pleno centro de la Ciudad de México, entre el bullicio de jóvenes que ofrecen programas de cómputo y videojuegos piratas, y de manera muy discreta, hay alguien que ofrece por 300 pesos una trampa: obtener el password de cualquier correo electrónico. "Anótame en un papelito el correo y en diez minutos te traigo la clave, vamos a probarla y me pagas. ¿Cómo ves?", dice a manera de reto.

Seguro de lo que dice, este malhechor no acepta preguntas que lo orillen a desvelar su modus operandi y, con una sonrisa cínica, sólo se limita a comentar que sus mejores clientes son aquellos que gustan del espionaje en todas sus derivaciones (familiares, amistosas, laborales). Y, para no cargar culpas, rechaza que su oficio sirva para escudriñar en cuentas bancarias. ése, presume, no es su negocio, aunque suelta: "Conozco a otros colegas que sí le entran a eso".

Sí, la compra y venta de datos se está convirtiendo rápidamente en un atractivo negocio, y quienes se dedican a esta actividad no dudan incluso en publicitar y ofrecer abiertamente sus servicios: bases de datos con información que son utilizadas para sustraer dinero de las cuentas o realizar operaciones en línea con tarjetas de crédito. El mercado negro de este tipo de información, que se rige también por la oferta y la demanda, es tal que, incluso, ya existen referencias internacionales para saber si la información se ofrece a un precio justo o es demasiado cara.

Los datos disponibles encienden la alerta. Según un informe elaborado por la empresa Symantec, que aborda el fenómeno de la "Economía Clandestina", se estima que entre el primero de julio de 2007 y el 30 de junio de 2008, el valor potencial de todos los bienes anunciados fue superior a 276 mdd, y que la información de tarjetas de crédito es lo que más se ofrece en la economía clandestina con un porcentaje de 31%, seguida de la información de cuentas bancarias con 20%.

Lo más interesante es que Symantec logró detectar el rango de precios a los que se comercializa esta información; por ejemplo, los datos de tarjetas de crédito —que incluyen el número del plástico, fechas de vencimiento y dígitos de seguridad— se ofrecen desde medio dólar hasta 12 dólares por tarjeta, mientras que los datos de las cuentas son el producto más caro ya que fluctúan entre 10 y 1,000 dólares. Por su parte, las contraseñas de cuentas de correo se comercializan entre 4 y 30 dólares, lo que significa que los piratas cibernéticos nacionales están "en línea" con las cotizaciones internacionales.

Además, el estudio de la firma encargada de servicios de seguridad en la red deja claro el crecimiento de la economía clandestina; en el periodo que comprendió su informe, detectó 69,130 anunciantes activos distintos y más de 44 millones de mensajes publicados en diferentes servidores.

Y la tendencia va al alza.
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