Dicen que nadie esta libre de culpa y que todos tienen cola que les pisen. Pero cuando la avalancha se empieza a ver, lo mejor es salirse de su camino....
"¿Me reconoce?", pregunto el fiscal a la testigo, una apacible anciana.
"Claro. Eres hijo de mi comadre y la decepcion suya y de todos. Mientes, abusas, eres alcoholico, compraste el cargo, proteges narcos y delicncuentes".
Escamado , el fiscal desvió el fuego. "¿Y reconoce al abogado de las defensa?".
"Ese está peor: es marrullero, ladron y engaña a su esposa, precisamente con tu señora".
Siguió un soilencio espeso que rompió el juez llamando a los abogados al estrado.
Secandose el sudor de la calva, el juzgador solo hizo una advertencia a los litigantes.
"Al primero que le pregunte al testigo si conoce al juez, ¡Lo hundo en la cárcel!"