sábado, 23 de octubre de 2010

¿Sigues casado y en el mismo empleo?


En esta época de globalizacion, de todo culpamos a la modernidad. Dejamos que la moda sepulte nuestros principios y nos acojemos a la simpleza de que "es lo nuevo".

Recuerdo que antes había cosas que eran para toda la vida, como el matrimonio y el empleo.

El casarte, antes, tenia un valor enorme comparado con los matrimonios efimeros de ahora. El dejar a la pareja pasó a ser como quien abandona un juguete porque ya les aburrió o por la llegada de juguetes nuevos. Yo creo que esto es un asunto de moral, que no se inculcó o fue mal inculcada.

La fidelidad era algo que se ganaba y consecuentemente se otorgaba, pues era asunto de dos.

Existía -también- la fidelidad laboral. Y esta tenia sus recompensas, ante el patrón y ante la sociedad. Un empleo digno daba un estatus ante los demas.

Era común ver trabajadores y empleados que, laborando toda su vida para una misma empresa, recibían reconocimientos -de su constancia y fidelidad- en eventos que se publicitaban en los medios.

Pero ahora, ya nadie tiene apego a las relaciomnes de trabajo, ni el trabajador, ni el patrón. Seguramente habrá quien diga que es por razones practicas. Pero qué de practico tiene saltar como chapulín de un trabajo a otro? Unos pesos mas? Eso es ver el trabajo como una mercancía.

Igual pasa con los patrones. Tengo un conocido que ha trabajado para tres empresas diferentes sin tan solo cambiar de escritorio pues los negocios han cambiado de manos. Hoy ya no sabe para quien trabaja.

Por eso, las conversaciones entre amigos ahora empiezan con estas preguntas: ¿Sigues casado y en el mismo empleo?
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