La mendicidad aleja la vergüenza 
y hace al hombre enemiogo de la industria…. 
El verdadero pobre es el imposibilitado para trabajar. 
Consentir que el hábil pida limosna, 
es quitar a aquel y al cuerpo nacional el producto de su aplicación. 
Si se dirige mal la limosna, 
a favor del mendigo voluntario, 
degenera la caridad, 
reina de las virtudes, 
en protectora de los vicios.

