¿Que debemos hacer? 
¿Hacia donde hemos de volvernos 
para salvar nuestras vidas y el porvenir del mundo? 
A los ancianos no les importa tanto: 
de todas maneras pronto se irán. 
Pero no puedo menos que conmoverme 
al mirar a la juventud, 
con su incesante actividad y su ardor; 
y sobre todo al mirar a los niños, 
entregados a sus alegres juegos; 
entonces me pregunto 
que sería de ellos 
si Dios se cansara de la humanidad...
Hay tiempo y esperanza 
si combinamos la paciencia con el valor. 
Llegará el día en que la lealtad, 
el amor al prójimo, 
el respeto a la justicia y a la libertad, 
hagan posible 
que las generaciones atormentadas avancen, 
serenas y triunfantes, 
apartándose de la época atroz 
en que nos ha tocado vivir. 
Mientras tanto, 
no hay que flaquear nunca, 
ni cansarse, ni desesperar jamas...
Sir Winston Churchill

