sábado, 29 de mayo de 2010

La gente congenia solo en parte…por Judith Viorst

Hasta en un matrimonio bien avenido se tiene que vivir con cierta dosis de soledad.

No existen dos personas perfectamente compatibles, y hay algunas partes de nuestro ser que tal vez jamás sean entendidas por la persona que esperabamos que fuera nuestra alma gemela.

No hay nada que pueda hacer mi marido que me haga compartir su fanatismo por el futbol.

Tampoco hay nada que yo pueda hacer para que a él le gusten los poemas de Yeats.

No dudo que los destinos de los esposos este unido hasta la muerte; no obstante, siempre habrá momentos –momentos importantes- en la vida conyugal en que uno se vuelve al otro buscando desesperadamente un reconfortante “te entiendo”, y reciba en vez de ello una mirada de incomprensión.

La gente congenia solo en parte… aun con sus seres mas cercanos y mas entrañables.


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