Hice la lista de todas las mujeres que hay. Eliminé en primer término los travestis. Borré a las muy flacas, a las rubias y a las pelirrojas.
Después a las maniáticas de la limpieza, a las que fuman, y a las que usan perfume (a mi me gusta que la mujer huela a sí misma). Suprimí a las que hablan mucho.
Quedaron muy pocas. Taché a las que dicen “o sea” y “es como que”. A las que cuando algo les gusta dicen: "es un divino" o "cosita". A las que tienen tobillos muy gruesos, y a las que no aceptan que uno mire fútbol.
Quedaron dos… Puse como condición que ninguna fuera mi mamá.
Quedó una… Me acerqué a ella corriendo y le dije: “Tu eres la mujer de mi vida”!!!!
Mmmmh.., ella me había eliminado hacía rato de su lista cuando tachó aquellos estúpidos que creen que existe la mujer ideal y que ésta, encima, lo está esperando con los brazos abiertos.