Pregunte a diez personas que piensan de la crítica, y nueve la consideraran aterradora y destructiva, inclusive llegarían a graves extremos por evitarla. Acaso solo la décima persona vea el lado positivo de la critica: su capacidad para hacernos madurar.
En efecto, es posible obtener provecho de la crítica. A continuación se da una explicación de cómo podemos aceptarlas sin perder la compostura ni permitir que le afecte a usted y a otras personas.
“Cuando sea usted blanco de críticas, en primer lugar, decida si estas son validas”, aconseja Margaret Verble, asesora en comunicación humana de Lexington, Kentucky. Tome en cuenta el origen de la crítica. “Las madres han aconsejado esto de generación en generación”, observa la señora Verble. “Es curiosos constatar cuan a manudo nuestros estudios demuestran que ellas tienen razón”. Si la crítica proviene de un experto o de alguien con cierto poder -su jefe, por ejemplo-, convendría escucharla. Sin embargo, no todo es materia de crítica, señala la psicóloga Marsha Linchan, de la universidad de Washington. Faltar a una cita de negocios es justamente criticable, no así, en cambio, el color de las paredes de su casa, pues se trata de una cuestión de gusto y esto no se debe criticar porque “en gustos se rompen géneros”.
Luego pregúntese si ya ha oído esa critica. “Cuando nos critican reiteradamente por lo mismo, quizá convenga prestar atención”, indica Margaret Verble. No obstante, tome en cuenta el motivo de la crítica, y procure evaluar la atmosfera emocional en que fue emitida. Si quien critica esta visiblemente alterado, es posible que sea esa persona, y no usted, quien esta pasando por dificultades.
A menudo, lo que usted no dice frente a la crítica es tan importante como lo que si expresa. Las reacciones destructivas sirven para anular la censura, mas es posible que usted no comprenda el verdadero sentido, pues muy rara vez las criticas iniciales se hacen con precisión.
He aquí algunas actitudes que deben evitarse:
No generalice. Si alguien le indica que sus zapatos no hacen juego con la ropa que lleva puesta, reaccione solo ante ese comentario. No piense: “Esto significa que tengo mal gusto en todo, y que soy torpe y detestable”. Cuando uno de sus superiores le pida que llegue a tiempo a las juntas matutinas de planeación, esto no significa que este a punto de despedirlo. Limítese a considerar la critica especifica.
No contraataque. La técnica del contragolpe solamente exacerba los ánimos. La señora Verble explica: “Si llego tarde a casa y mi marido me recibe con un ¡Otra vez tarde!, no sirve de nada que le replique: ¿Y tú? Tú nunca llegas a tiempo. Para algunas personas es difícil resistirse a asumir esta actitud, pero vale la pena esforzarse”.
No se justifique ni tampoco se refugie en el silencio. La actitud defensiva no conduce a ninguna parte y, en este contexto, el silencio dista mucho de ser pasivo. Estas dos reacciones inhiben un dialogo mas amplio.
No muestre una conformidad fingida. Si usted aparenta estar de acuerdo con la crítica, pero en el fondo no es así, sus críticos buscaran indicios de que usted ha cambiado. Al no encontrarlos, quienes le juzgan consideraran que les ha mentido.
