martes, 15 de diciembre de 2009

El Poder de la Indecision


Me platicaba en días pasados un amigo que se encontraba en una situación especial en la cual tendría que decidir entre dos opciones, por buena suerte, ambas eran buenas pero le costaba decidir por alguna de ellas.

Vino a mi mente este excelente cuento de Jorge Bucay que esclarece lo que sucede sin no se toma la decision.

“Había una vez un centauro, que, como todos los centauros, era
mitad hombre y mitad caballo.

Una tarde, mientras paseaba por el prado sintió hambre.
-¿Qué comeré? -pensó- ¿Una hamburguesa o un fardo
de alfalfa, un fardo de alfalfa o una hamburguesa?
...Y como no pudo decidirse, se quedó sin comer.
-¿Dónde dormiré? -pensó- ¿En el establo o en un hotel,
en un hotel o en el establo?
...Y como no pudo decidirse, se quedó sin dormir.
Claro, sin comer y sin dormir el centauro se enfermó.
-¿A quién llamar? -pensó- ¿A un médico o a un
veterinario, a un veterinario o a un médico?
...Enfermo y sin poder decidir a quién llamar, el centauro
se murió.

La gente del pueblo se acercó al cadáver y sintió pena.
-Hay que enterrarlo -dijeron- ¿Pero dónde? ¿En el
cementerio del pueblo o a campo traviesa, a campo traviesa o en
el cementerio del pueblo?
...Y como no pudieron decidirse, llamaron a la autora del
libro que, ya que no podía decidir por ellos, revivió al centauro.

Y colorín, colorado, este cuento nunca se supo que haya terminado.”
Esto mismo te podría suceder cuando te encuentras entre dos opciones o caminos a seguir y no sabes por cual decidirte, y se te van las dos; el inconveniente sería, en ese caso, de que no habrá quien te reviva y te ponga de nuevo ante esas dos opciones.

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