Hay algunas personas que, de pronto y sin saber porque, estallan en cólera y arremeten verbal y -en casos extremos- físicamente contra una persona o grupo determinado.
La agresividad manejada y aplicada adecuadamente puede ser muy útil en ciertos casos, pero sin control y explosivamente puede acarrear en la persona resultados funestos.
A este tipo de reacciones se le llama trastorno explosivo intermitente y se encuentra dentro de la categoría de los trastornos del control de los impulsos. Su principal característica es la falta de dominio y control. Ejemplos de este comportamiento podrían ser el amenazar, insultar o hasta herir a otra persona o romper, dañar o destruir -a propósito- objetos de valor del agredido.
El nivel de agresividad demostrado nunca va en proporción a lo que supuestamente lo provocó y siempre lo justifica -cuando vuelve a la calma- argumentando que es solo un ataque de ira debido al prolongado periodo de estrés en que se encuentra. Aunado a lo anterior le sobreviene un periodo de arrepentimiento sincero avergonzándose de su comportamiento.
Aunque se presume que las personas mas recurrente a este tipo de reacciones son jóvenes, algunos expertos aseguran que el rango de edad esta hasta los 40 años o mas si se tiene el habito del alcohol o algún tipo de droga.
Estudios realizados en pacientes con este trastorno han revelado que la explosión les sobreviene después de una serie de impulsos agresivos intensos que no son capaces de resistir cediendo -posteriormente- a ellos.
Algunos pacientes describen también que sus episodios agresivos van precedidos o acompañados a menudo por síntomas tales como hormigueos, temblores, palpitaciones, opresión en el pecho, presión en la cabeza, o escuchar un eco.
Este trastorno suele dar lugar a situaciones negativas hacia quien lo padece como sería la pérdida del trabajo, la suspensión en la escuela, el divorcio, a dificultades en las relaciones interpersonales, accidentes de transito, lesiones por peleas, problemas financieros, encarcelamientos y hasta problemas legales.
Este trastorno tiene la peculiaridad de que no es hereditario pero si es contagioso y mas en los niños.
Fuente: Trastorno del Control de los Impulsos
