domingo, 27 de septiembre de 2009

La Fabula significado origen y ejemplo



La fábula es un género literario, que consiste en una historia breve, que transmite una enseñanza llamada moraleja.

La fábula refleja el conjunto de vicios y virtudes humanas, personificado por animales con el fin de enseñar con el ejemplo.

En general los protagonistas de estas historias son animales que hablan entre ellos y desarrollan la trama del cuento y al final algunos de los protagonistas o el autor indica la moraleja.

Los personajes comunes de las fábulas, como el león, el lobo, el zorro, la oveja, etc. tienen generalmente un rol bastante predecible, (dice Chesterton: muchos hombres aprendieron a conectar las simples y fuertes criaturas con las simples y fuertes verdades).

Esopo nació en Frigia, Asia Menor, en el 550 a. c. Es posible que algunas de los cuentos de Esopo fueran viejas historias contadas de boca en boca, pero también hay que reconocer que fue un agudo observador del comportamiento humano y lo transcribió a sus fábulas.

Algunas de éstas, fueron duras críticas al poder político y a las costumbres sociales contemporáneas, lo que le costó la vida en Delfos, donde fue arrojado desde un barranco.

Muchas de las fábulas de Esopo, fueron re-escritas por otros fabulistas como La Fontaine, Samaniego, Iriarte etc. , que han mejorado o adornado literariamente la forma de contar la historia, pero el mensaje se mantiene.

A continuación una como ejemplo:

El cascabel del gato

Un hábil gato hacía tal matanza de ratones, que apenas veía uno, era cena servida. Los pocos que quedaban, sin valor para salir de su agujero, se conformaban con su hambre. Para ellos, ese no era un gato, era un diablo carnicero. Una noche en que el gato partió a los tejados en busca de su amor, los ratones hicieron una junta sobre su problema más urgente.

Desde el principio, el ratón más anciano, sabio y prudente, sostuvo que de alguna manera, tarde o temprano, había que idear un medio de modo que siempre avisara la presencia del gato y pudieran ellos esconderse a tiempo. Efectivamente, ese era el remedio y no había otro. Todos fueron de la misma opinión, y nada les pareció más indicado.

Uno de los asistentes propuso ponerle un cascabel al cuello del gato, lo que les entusiasmó muchísimo y decían sería una excelente solución. Sólo se presentó una dificultad: quién le ponía el cascabel al gato.

- ¡Yo no, no soy tonto, no voy!

- ¡Ah, yo no sé cómo hacerlo!

En fin, terminó la reunión sin adoptar ningún acuerdo.

Moraleja: Nunca busques soluciones imposibles de realizar.
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