Si usted cree que es una persona sin excentricidades, considere si incurre en alguna de estas extravagancias:
-Reusarse a tomar el primer diario en una pila, en el puesto de periódicos.
-Insistir en dormir en determinado lado de la cama.
-Asegurarse de que los billetes de menor denominación queden en la parte exterior.
-Esperar a que el teléfono suene por lo menos dos veces antes de contestar.
-Seguir reglas estrictas al exprimir el tubo de pasta dentrífica.
-Pasearse solamente al empezar el día, sin ropa.
-Conservar jarros llenos de monedas, que nunca cambia por billetes.
-Llevar el reloj adelantado cinco minutos, para no llegar nunca tarde.
-Necesidad de que todas las cosas de la casa estén en su sitio.
-Tendencia a colocar los objetos de manera simétrica y alineada.
-Hacer recuentos, una y otra vez, por la necesidad de numerar y clasificar.
-Rigidez extrema con la puntualidad propia y ajena.
-Miedo irracional a enfermar que conduce a tomar precauciones exageradas, visitar médicos por síntomas leves, usar amuletos, consultar curanderos, protegerse con temor de las corrientes de aire, los contagios y todo lo que se percibe como un peligro.
-Necesidad de lavarse continuamente las manos o la boca.
-Temor a tocar cosas que hayan entrado en contacto con otras personas.
-Comprobar en varias ocasiones que puertas, ventanas, llaves y luces están debidamente cerradas y/o apagadas.
-Incapacidad para deshacerse de objetos gastados o inútiles, incluso cuando no tienen valor sentimental.