En dias pasados, en una tienda, un pequeño, de apenas cinco años, ve un camión de juguete. Le pregunta a su madre:
-¿Puedo quedarme con este camión?
-Ahora, no, le contesta.
El niño llora y patalea haciendo un enorme berrinche.
-¡Nunca me compras nada! -grita-,
-¡Bueno, está bien! -acepta la madre-, pero solo por esta vez.
La señora termina por comprarle el camión al niño.
Esta escena me demostró que el niño esta acostumbrado a conseguir lo que desea de esa manera. Ha aprendido a ejercer presión emocional para manipular a su madre. Como sus maniobras le dan buenos resultados, se refuerza esta conducta manipuladora…. y la pondrá en práctica muchas veces.
Si un niño de cinco años puede manipular a los demás al descubrir sus debilidades, ¡imagínese usted lo que hará un adulto astuto! Pues bien, el proceso funciona así: