Un señor de unos 70 años viajaba en el tren, teniendo a su lado a un joven universitario que leía su libro de Ciencias.
El caballero, a su vez, leía un libro de portada negra. Fue cuando el joven percibió que se trataba de la Biblia y que estaba abierta en el Evangelio de Marcos.
Sin mucha ceremonia, el muchacho interrumpió la lectura del viejo y le preguntó:
Señor, ¿usted todavía cree en ese libro lleno de fábulas y cuentos?
-Sí, mas no es un libro de cuentos, es la palabra de Dios. ¿Estoy equivocado?