En repetidas ocasiones se comenta que la gente es asombrosa: para todo roto hay un descocido.
Si se ven cosas absurdas en el mercado es porque hay gente que las compra.
Hay quien dirá que son tiernas o simpáticas, pero lo absurdo no se les puede quitar, y con ello lo ridículo.
Y para muestra aquí están algunos accesorios de teléfonos celulares que sus defensores dicen que son para añadir brillo al producto más importante del siglo 21: