Mi mamá me decía con frecuencia que yo iba salir adelante no por inteligente, sino por bruto.
Esta afirmación que entonces me ofendía, con el tiempo me ha llegado a parecer sabia y útil. Ahora me doy cuenta de lo importante que es saber hacerse el bruto.
Por ejemplo:
- Si un pariente cercano me dice un indirectazo para ofenderme, me hago el bruto que no entiende y así no le doy el gusto de amargarme la vida.