Algunos políticos no tienen muy claro que su función principal es la de servir, y al hacerlo esto deberá ser con humildad sin que se caiga en el servilismo.
Otros cuando llegan al poder se dejan halagar olvidando que su puesto es pasajero, es decir, perenne, que dentro de poco dejara de ser el "Señor Diputado", "Señor Senador", "Señor Gobernador", para pasar a ser simplemente "Señor", eso, siempre y cuando haya cumplido con dignidad y entereza la función que le fue encomendada.
Un caso muy especial seria sin duda el caso que se relata enseguida: