Querido Hijo:
Durante el tiempo que vivas en esta casa, seguirás las reglas. Cuando tengas tu propia casa, podrás hacer tus propias reglas.
En esta casa no tenemos democracia. No hice campaña para ser tu padre. Tu no votaste por mi. Somos padre e hijo por la gracia de Dios. Y acepto este privilegio y gran responsabilidad. Aceptándolo tengo la obligación de ejecutar el papel de padre.
No soy tu cuate. Nuestras edades son muy diferentes. Podemos compartir muchas cosas, pero no somos compañeros. Soy tu padre. Esto es cien veces mas que lo que es un compañero.
También soy tu amigo, pero estamos completamente en diferentes terrenos. En esta casa harás lo que yo diga, no me puedes alegar porque lo que te pido que hagas, es motivado por amor.
Esto te será difícil de entender hasta que tengas un hijo propio. Hasta entonces, confía en mí.
Tu padre.
Invierno/88
Esta carta me la encontré en un libro que no abría desde hace mas de 20 años, el autor? no se quien sea, pero caray, como han cambiado las cosas..... no creen?