La angustia es un estado afectivo de carácter penoso que se caracteriza por aparecer como reacción ante un peligro desconocido o impresión.
En ocasiones suele estar acompañado por intenso malestar psicológico y por pequeñas alteraciones en el organismo, tales como elevación del ritmo cardíaco, temblores, sudoración excesiva, sensación de opresión en el pecho o de falta de aire.
En el sentido y uso vulgares, se lo hace equivalente a ansiedad extrema o miedo. Sin embargo, por ser un estado afectivo de índole tan particular, ha sido tema de estudio de una disciplina científica: la Psicología, y especialmente del Psicoanálisis, que ha realizado los principales aportes para su conocimiento y lo ha erigido como uno de sus conceptos fundamentales.
Como todos los conceptos freudianos, el de Angustia fue construido por Freud poco a poco, articulándose a la vez con los demás que integraban la teoría psicoanalítica en pleno desarrollo, y creciendo a la luz de los nuevos descubrimientos que el maestro vienés realizaba en su práctica clínica.
La angustia es la emoción más negativa y aversiva. Los dos activadores principales de la angustia son la separación y el fracaso.
La separación, la pérdida de un ser querido por cualquier causa, discusión, separación, alejamiento, divorcio o la mas triste, la muerte. Las personas también pueden sufrir angustia al ser separadas de un trabajo, posición o estatus que valoran.
De la misma manera, el fracaso activa la angustia, como cuando no se cumple un objetivo necesario o se reprueba un examen, pierde un concurso que le era importante o se sufre un rechazo amoroso.
Otro factor que activa la angustia, a veces, es el dolor, sobre todo cuando este es ocasionado por alguna enfermedad de difícil curación; también el ruido estridente puede causar en ciertas personas -principalmente las de avanzada edad- cierto grado de angustia; en los casos anteriores, por lo general, este estado motiva a la persona a realizar cualquier conducta necesaria para aliviar las circunstancias que la han provocado.
Pero no todo es negativo es este estado emocional cuando es comprendido y analizado por el que lo padece, también es motivador pues tenemos el ejemplo de los atletas que ante la angustia que le provoca una derrota reciente, entrena con mayor ahínco para recuperar su confianza.
El no saber reconocer y contrarrestar las causas que originan la angustia, el permanecer por largos períodos en ese estado o caer con facilidad en él puede conducir a la más aversiva de las experiencias humanas, la depresión.
Fuente: Notes on Emotions
Fuente: Notes on Emotions